El 90% del maquillaje en uso tiene bacterias peligrosas para la salud
Los productos cosméticos abiertos y las herramientas para aplicarlos, como brochas o esponjas, pueden contaminarse de bacterias como e. coli o Staphylococcus, que suponen un riesgo para la salud.
El contacto con el aire, las manos y con otras herramientas puede llegar a contaminar los productos de maquillaje con bacterias peligrosas para la salud, como la Escherichia coli (E.coli) o Staphylococcus. Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aston (Reino Unido) ha descubierto que nueve de cada diez productos de maquillaje analizados tienen microorganismos potencialmente dañinos.
En la investigación, que se ha publicado en el Journal of Applied Microbiology, se ha analizado cinco categorías de productos y accesorios: los brillos y lápices de labios, delineadores de ojos, máscaras de pestañas y esponjas para aplicar maquillaje. Todos los objetos analizados fueron donados por usuarias para que fueran analizados en busca de bacterias y otros microorganismos.
Las esponjas de maquillaje pueden albergar grandes colonias de bacterias peligrosas, pues o no se lavan o la propia humedad hace que proliferen
Los resultados dejaron ver que el 90% de los objetos tenían E.coli y estafilococos, unas bacterias que pueden provocar el desarrollo de infecciones en la piel y hasta problemas más serios si se aplican cerca de la boca, los ojos o en heridas o cortes, pues pueden llegar a pasar al torrente sanguíneo. Un riesgo potencial que se vuelve todavía más peligroso en el caso de las personas inmunocomprometidas.
No se deben utilizar cosméticos caducados
Esta contaminación se produce, según los propios autores, porque se utilizan los productos de maquillaje después de su fecha de caducidad y porque no se limpian o se hace de manera incorrecta. En concreto, las esponjas de maquillaje fueron las que más bacterias peligrosas habían acumulado. Es importante destacar que el 93% de ellas nunca se había lavado, a pesar de que habían sido usadas en varias ocasiones, y que el 64% se había caído al suelo en algún momento.
Las esponjas de maquillaje son especialmente sensibles a la contaminación ya que en algunas de sus versiones se humedecen para conseguir una mejor aplicación del producto o no se secan por completo cuando se lavan, unas condiciones perfectas para la aparición y proliferación de bacterias peligrosas para la salud.
Por todo ello, el Dr. Amreen Bashir y el profesor Peter Lamber, autores del trabajo, han destacado que los organismos reguladores y los fabricantes deberían hacer que las fechas de caducidad, el PAO (Period After Opening) –que indica el tiempo que se puede usar un cosmético desde su fecha de apertura– o el modo de limpieza sean visibles en el etiquetado o paquete del producto.