¿Por qué me duele la cabeza? Principales causas de cefalea
El dolor de cabeza nos afecta a casi todos, pero su tratamiento y prevención dependen del tipo de cefalea, la intensidad del dolor y otros síntomas. Conoce las características de las cefaleas más comunes y sus causas.
El dolor de cabeza es un motivo habitual de consulta médica. La cefalea de tensión y la migraña se encuentran entre las cefaleas primarias más frecuentes, y se consideran primarias porque constituyen una enfermedad en sí mismas y no tienen su origen en otra patología, mientras que las secundarias se producen a causa de otros problemas de salud como un tumor, una meningitis, una gripe, un proceso infeccioso, inflamatorio o intracraneal –como una hemorragia cerebral–, un traumatismo craneal, una sinusitis, etcétera, por lo que pueden ser uno de los síntomas de muchas enfermedades. Te explicamos las características de las cefaleas más prevalentes y qué factores favorecen su aparición.
Características de los tipos de cefalea más frecuentes
La clasificación de las cefaleas es muy variada, hay muchísimos tipos, y cada grupo está a su vez subdividido en otros, afirma el Dr. Exuperio Díez Tejedor, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, que añade que “la cefalea de tensión es la más frecuente y afecta a casi toda la población en algún momento de su vida, generalmente en épocas de mucho trabajo, con sobrecargas laborales, cuando se duerme poco…”. Lo habitual, indica, es que se presente de forma episódica, aunque el 2-3% de la población la padece de forma crónica, lo que significa que el dolor puede aparecer más de 15 días al mes, o más de 180 al año.
La neuralgia del trigémino –un paradigma de dolor neuropático– es un cuadro de dolor muy intenso en la frente y alrededor del ojo o en la mandíbula, las tres ramas del trigémino
La migraña, dice el Dr. Díez Tejedor, afecta a un 16-18% de la población, y alrededor de dos tercios de los pacientes son mujeres porque es mucho más frecuente en el sexo femenino. También en este caso se puede distinguir entre la migraña episódica –que se produce una o dos veces al mes, o menos– y la de alta frecuencia –tres o cuatro episodios mensuales–, que puede cronificarse y pasar de los 10-12 episodios mensuales. El experto señala que aunque hay otros cuadros similares a la migraña provocados por diversas causas, la característica que distingue a la migraña es que es recurrente, por lo que el paciente presenta episodios regularmente, con mayor o menor frecuencia.
Hay otros tipos de dolor de cabeza menos frecuentes, de tipo paroxístico, como la cefalea en racimos, que tienen que ver con el sistema trigémino autonómico y producen varios episodios al día que se caracterizan por la intensidad del dolor, que suele iniciarse bruscamente y se localiza de forma unilateral alrededor del ojo o de la sien, manifestándose generalmente con síntomas oculares –como enrojecimiento, lagrimeo o caída del párpado– o nasales (congestión o secreción).
Según este especialista entre las formas neurálgicas la más llamativa es la neuralgia del trigémino, que constituye un paradigma de dolor neuropático, y que es un cuadro de dolor muy intenso en la frente y alrededor del ojo o en la mandíbula –en las tres ramas del trigémino– que puede aparecer varias veces al día y desencadenarse con factores como un poco de frío que dé en la cara, o al masticar.
Signos de alarma, cuándo acudir al médico
Un dolor de cabeza muy intenso puede ser también el síntoma de ciertas enfermedades muy graves –como un ictus hemorrágico o la rotura de un aneurisma cerebral– y que precisan atención médica urgente. Según el Dr. Díez Tejedor el paciente no va a saber identificar lo que le sucede, pero explica que se trata de un dolor excepcionalmente intenso –que no se parece a otros que haya tenido, ni siquiera en el caso de pacientes migrañosos– y que se suele acompañar de otras manifestaciones como vómitos o afectación del nivel de conciencia.
Aunque este especialista asegura que la mayoría de las cefaleas no tienen una alteración estructural subyacente, recomienda que si una persona tiene este tipo de dolor de cabeza y se encuentra muy mal, llame a los servicios de urgencia o acuda a un hospital para que la examine un neurólogo.
10 factores que pueden provocar dolor de cabeza
Diversas situaciones y actividades pueden actuar como desencadenantes de una cefalea primaria, o facilitar su aparición o persistencia. Conocer cuáles son los factores más comunes que se asocian a este malestar y cómo se solucionan te ayudará a prevenir más de un dolor de cabeza:
Tensar el cuello o los hombros
La tensión muscular en esta zona del cuerpo cuando por ejemplo permanecemos muchas horas sentados frente a una pantalla, sujetamos el teléfono apoyándolo entre el cuello o el hombro, o apretamos la mandíbula sin darnos cuenta a causa del estrés, es una causa habitual de cefalea tensional. Aplicar calor en la zona con una ducha caliente o una manta eléctrica puede aliviar el agarrotamiento de los músculos. Y practicar ejercicio físico regularmente, así como meditación y otras técnicas de relajación, contribuye a prevenirlo.
Beber alcohol por la noche
Tener resaca es una de las consecuencias de haber consumido alcohol la noche anterior, e incluye dolor de cabeza porque esta sustancia deshidrata el organismo e interfiere con el sueño, impidiendo dormir bien. También es normal sufrir náuseas y sentirse cansado. Para mejorar tus síntomas, procura descansar y mantenerte bien hidratado bebiendo agua.
Tener hambre
Si llevas mucho tiempo sin ingerir alimento tus niveles de azúcar en sangre descienden y esta situación puede provocar una cefalea; para evitarlo puedes repartir las ingestas diarias en varias tomas con menos cantidad de alimentos en cada una, y tener a mano siempre un puñado de nueces o almendras, o alguna fruta, para casos de emergencia.
Estar estresado
Las situaciones de estrés, como los atascos de tráfico, un exceso de trabajo, una enfermedad, o tener problemas sentimentales, familiares o económicos, entre otras cosas, pueden tener el dolor de cabeza como efecto colateral. Aprender a prevenir y afrontar los eventos estresantes disminuye este y otros problemas de salud tanto a nivel físico, como psicológico.
No dormir bien
Si no descansas lo suficiente porque te cuesta conciliar el sueño y tienes que madrugar, o porque te despiertas varias veces a lo largo de la noche, puedes acabar teniendo dolor de cabeza. Intenta mejorar tus hábitos y, si no consigues dormir bien, consulta a un especialista en trastornos del sueño. Usar una almohada o un colchón inadecuados también pueden estar detrás del problema.
Experimentar cambios hormonales
Los cambios hormonales que se producen a lo largo del ciclo menstrual en las mujeres también pueden favorecer la aparición de una cefalea, al igual que el empleo de anticonceptivos hormonales.
Realizar un esfuerzo físico
La práctica de ejercicio (running, natación, ciclismo…) puede precipitar una cefalea, y en algunos casos esto también puede suceder al mantener relaciones sexuales; de hecho, algunas personas sienten un agudo dolor en el cuello o la cabeza que empeora a medida que se excitan sexualmente, o pueden sufrir un repentino dolor de cabeza de carácter pulsátil justo al alcanzar el clímax.
Tomar ciertos medicamentos
Algunos fármacos, entre ellos analgésicos como aspirina, ibuprofeno o acetaminofén (paracetamol) pueden provocar cefalea si los tomas más de 15 días al mes, y los medicamentos que contienen cafeína pueden tener el mismo efecto en solo 10 días. Consulta a tu médico si te ocurre para que modifique tu tratamiento.
Comer determinados alimentos
Como el queso curado o el chocolate, o productos que contienen nitratos (como las salchichas o el bacon), o fermentados, también se ha asociado a la aparición de cefalea, pero no le afectan igual a todas las personas, por lo que un buen truco es apuntar lo que hayas comido antes de experimentar el dolor para intentar averiguar qué te lo provoca.
Exponerse a cambios bruscos de temperatura y otros factores ambientales
La exposición a variaciones climáticas –sobre todo si pasamos de calor a frío, o viceversa, de forma brusca–, o permanecer bajo una luz intensa o en ambientes muy contaminados o cargados de humo de tabaco, por ejemplo, pueden desencadenar dolor de cabeza.
Tratamiento de las cefaleas
En general el tratamiento está bastante bien establecido para los distintos tipos de cefaleas, asegura el Jefe del Servicio de Neurología de La Paz, y en la actualidad no solo se dispone de un importante arsenal terapéutico que incluye tanto analgésicos contra el dolor, como fármacos destinados a prevenir las formas crónicas de cefalea, –triptanes, anticuerpos monoclonales…–, sino que también se han desarrollado nuevas terapias como la toxina botulínica, el bloqueo de los nervios craneales y la neuromodulación, o incluso la cirugía para la neuralgia del trigémino.
En el caso de las formas secundarias de cefalea es necesario tratar la causa o enfermedad de la que el dolor de cabeza constituye un síntoma, porque si se cura el origen del problema, este desaparece. El neurólogo explica que la diversidad de las cefaleas y de sus causas, y el hecho de que a cada paciente le pueda ir mejor uno u otro tratamiento, justifica que dentro de la neurología haya un área de expertos o un grupo de estudio de cefaleas.
Por ello, ha querido lanzar un mensaje positivo a los afectados y les aconseja que “si les preocupa su dolor de cabeza acudan al neurólogo –que es el especialista que puede abordarlo con mayor experiencia–, ya que existen muy buenos expertos en cefaleas que consiguen mejorar, y en muchos casos resolver, el problema, porque siempre hay una oportunidad y las investigaciones siguen avanzando, y algunas formas más rebeldes requieren un mayor grado de especialización”.