El insomnio altera el cerebro y favorece el desarrollo de alzhéimer
El insomnio reduce el rendimiento cognitivo y el volumen de ciertas zonas del cerebro que se alteran al inicio del alzhéimer, según un estudio que asocia la mala calidad del sueño con más predisposición a sufrir esta demencia.
El insomnio provoca alteraciones en el cerebro, como una disminución en el volumen de ciertas regiones del mismo o cambios en la sustancia blanca, que pueden predisponer al desarrollo de alzhéimer, según confirma una nueva investigación realizada por un equipo del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall.
Los autores del estudio, que se ha publicado en Alzheimer’s Research and Therapy, analizaron datos referentes a la calidad del sueño, así como los resultados obtenidos en pruebas cognitivas y de neuroimagen, de 1.683 individuos que no presentaban trastornos cognitivos, y 615 de los cuales padecían insomnio.
Los individuos con insomnio obtuvieron peores resultados en las pruebas de rendimiento cognitivo, y el volumen de ciertas áreas de su cerebro era menor
Estos expertos también estudiaron la relación entre el insomnio y la ApoE4, una variante del gen APOE cuyos portadores tienen un mayor riesgo de sufrir alzhéimer, y los resultados de su trabajo confirmaron que los efectos que tiene la falta de sueño sobre el cerebro se encuentran potenciados en las personas que portan dicha variante genética y que por lo tanto están más predispuestas a desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa.
El insomnio empeora el rendimiento cognitivo
En concreto, los científicos observaron que los participantes en el estudio que padecían insomnio consiguieron peores resultados en las pruebas que evaluaban su rendimiento cognitivo –especialmente una disminución en la memoria de trabajo–, y que el volumen de algunas áreas de su cerebro era menor. Esto ocurría, por ejemplo, en el caso del precúneo o del córtex cingulado posterior, que son regiones afectadas en las fases iniciales del alzhéimer.
Utilizando técnicas de resonancia magnética por difusión encontraron también cambios en la sustancia blanca cerebral, lo que sugiere la presencia de procesos de inflamación cerebral que podrían desempeñar un relevante papel en la relación entre la calidad del sueño y este tipo de demencia, según ha explicado Oriol Grau, primer autor del trabajo.
Los hallazgos respaldan los resultados de estudios previos que habían mostrado una asociación entre un sueño de baja calidad y un mayor riesgo de demencia, y contribuirán a comprender mejor la fisiopatología del alzhéimer, a mejorar el diagnóstico precoz con pruebas poco invasivas, y a buscar nuevas opciones terapéuticas que se centren en mejorar la calidad del sueño. De hecho, actualmente una de las vías de investigación se basa en analizar la calidad del sueño para comprobar si podría tratarse de un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad, o de un síntoma precoz de la misma.